martes, 8 de marzo de 2011

Alta Temperatura de la Atmósfera.


                    
     "... era de todo menos hembra"

                                                         Florencia Menéndez


El viento lastimaba y el mar amenazaba. La palabra "inhóspito", tantas veces leída, tantas veces vacía, estaba ahí.
La arena era dura y de un amarillo sucio y largos pastos crecían al descuido, largos, ásperos. Látigos verdes esparcidos por el arenal.
Yo sólo quería pensar. Decidir entre regresar o quedarme avivir en ese mundo para siempre. Llevaba un trapo descolorido sobre el pecho, arrollado, como un niño triste.
Me tumbé en la playa de cara al sol (otra frase no puedo poner). Los rayos eran agresivos como la arena que el viento incrustaba en la piel, como pequeñas piedrecillas de tortura.
Pasó un tiempo, un tiempo marino, o sea , indefinible.
Ahí apareció.
Las pupilas dilatadas , los ojos casi naranjas sobre una piel que parecía verde, una voz de otro mundo que recitaba el poema más bello, más cruel y más peligroso que se podía escuchar. Son palabras que no quiero repetir.
Su cara estaba casi pegada a la mía, tenía que romper el hechizo y le pregunté cuánto quería. Me mostró cuatro monedas de 25 centavos, plateadas y refulgentes. Creo que me quedé ciega por unos segundos. Me lamió. El intento había sido infructuoso.
Se quiso tumbar al lado mío, pero el viento se lo impedía. Me levanté para mostrarle los hilos finos de sangre que corrían sobre mi espalda. "La arena lastima", creo que le dije , pero al final lo consiguió.
A mi lado, murmuró algo, pero ese murmullo se confundió con el sonido del viento y con el rumor de las olas , que se agigantaban y rugían.
Mi retina fue herida, había llegado el momento. Jamás solté el trapo, que tenía arrolladito junto a mí, en el centro mismo de mi pecho, que se abría, mostrando un corazón que retumbaba, que hacía un ruido quizás más poderoso que el de pleamar.

13 comentarios:

  1. No hay animal que pueda llevarte el corazón sin antes ser devorado por su latido. Hemoso , Gaby. Abrazo y felicitaciones por este nuevo blog, que, como todo lo tuyo, tiene calidad,
    Dorita Puig

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  2. Gracias, Dorita, es importante para mí, compartirlo con vos

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  3. Muy buen texto gaby, me sentí transportado, sentí que en mi espalda dolía la arena, me acordé de una rubia mujer que todavía conmueve mis tripas, una mujer marina, de ojos marinos, de profundidad insondable, que aún me habita.

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  4. es que debe doler la espalda en la arena

    es que jamás dejamos de estar habitados

    gracias , ale

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  5. Felicidades, señora. La entrada es digna de la Gran Apertura. El relato es delumbrador entre sus benditas tinieblas. Qué alegría.

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  6. Leyéndote, sentí la arena picar, arder.
    Creo que también me pareció escuchar los latidos de un corazón escribiendo.

    Saludos, buen blog!

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  7. Ahí, donde el sentimiento brota con fuerza descomunal, en el limite del continente, la puerta a un mundo acuático sin un fin a la vista. Muy bueno Gabriela! Te invito a leer escritos míos también! Y espero que sigas compartiendo los tuyos con todos nosotros! (Muchas gracias) Un gran abrazo!

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  8. si hay algo latiendo , es que vamos por buen camino

    gracias pato, ger ( claro que te leeré)

    antonio, por ser artífice

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  9. excelente blogs amiga Gabi... que exito te felicito!!!! y te dejo este pensamiento como regalo.... besos....‎
    como siempre tu amigo Jesús Almanzar Venezuela..
    (suralmanzar@hotmail.com)


    "La amistad acaba a menudo en amor"
    pero el amor no termina siempre en amistad!!!

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  10. hermoso relato
    en la vida siempre te aferras a un trapito que te llena y te recuerda.esos momentos donde la fuerza del amor maternal te cobija.
    la templanza nos da la seguridad de la desicion a seguir los designioa en el caminar...!
    mil bendiciones hermana del bosque. muy lindo empezar ...

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  11. Muy bien, Gaby, acabo apenas de enterarme de estos dos blogs y ya te sigo. Tengo una playa en el alma cuya arena también lastima la espalda y el corazón.

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  12. todo un poema , hilda, me honra tu presencia caribeña

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